12/01/2021

Tras los pasos de Santo Domingo



    
    JUBILEO DE SANTO DOMINGO 2021
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 Tras los pasos de Santo Domingo de Guzmán


Así
reza el rústico letrero en los inicios de un camino vecinal que sale de Caleruega hacia Gumiel. Buena sugerencia para seguir desde Caleruega a ese profeta itinerante que dejó nuestra tierra el 6 de agosto del 1221. Un seguimiento que intentaremos hacer el día 6 de los ocho primeros meses de este año en que celebramos el octavo centenario de su muerte.

Domingo nació en Caleruega hacia el 1170-1171 ó, com mucho 1172. De los 7 a los 14 años recibe la instrucción básica bajo la tutoría de su tío, Don Gonzalo, residente en Gumiél de Izán. A los 14 años es enviado a Palencia, al Estudio General, donde cursa Artes Liberales y luego cursa Teología. En 1191 recibe un beneficio que culminará con su incorporación como canónigo de Osma. Entre 1194 y 1197 fue profesor en Palencia. Hubo de dejar la docencia pues empeñó todos sus bienes (libros incluidos) en ayudar a una grave situación de hambruna. En 1197 se incorpora de lleno al cabildo, del que es hecho Sacristán y luego subprior, llegando a ser Vicario General de la diócesis de Osma bajo el episcopado de Diego de Acebes.


En 1203 sale por primera vez de España acompañando al obispo de Osma Diego en un viaje diplomático por encargo del rey Alfonso VIII. Toma contacto con el gran problema de la herejía cátara. Tras el segundo viaje diplomático, fracasado el proyecto de matrimonio del hijo de Alfonso con una sobrina del rey de Dinamarca, van a Roma. Inocencio III les pide que visiten Citeaux y en Citeaux son invitados a participar en la Conferencia de Montpellier, donde se diseñó el plan de acción. Diego de Acebes propone implantar el método apostólico. El y Domingo se suman a la Legación papal.


Diego de Acebes crea un vínculo misionero entre Osma y el sur de Francia, confiándoselo a Domingo. Domingo se instala en Fanjeaux y logra la conversión de un grupo de mujeres. En 1206 consigue crear en Prulla un grupo plural y mixto de personas (monjas, laicos, clérigos seculares, monjes) cuyo cometido es la predicación itinerante. En 1212 elabora la Regla de Prulla. En 1215 se establece en Tolosa la primera comunidad de religiosos predicadores. Fulco aprueba para su diocesis a Santo Domingo y sus socios (todos los que se han asociado a él de una u otra manera) como predicadores en la diócesis de Tpulouse, es una aprobación que llamaríamos hoy de derecho diocesano. Domingo y Fulco participan en el IV Concilio de Letrán. Inocencio III les pide formalicen más lo instituido porque quiere que lo hecho en Toulouse sea válido para toda la Iglesia. Todo fue confirmado como de derecho pontificio por Honorio III en 1216.


Consciente de que la misión evangelizadora es para todo el mundo, en 1217 dispersó a los hermanos predicadores con  la misión de predicar y fundar convento: 7 a París, 4 a Castilla, 6 quedaron en Toulouse, 6 en Prulla-Fanjeaux; Domingo y Esteban de Metrx se dirigieron a Bolonia, donde quedó iniciada una comunidad que el propio Domingo iba reforzando, y luego a Roma.


En los tres últimos años de su vida aquel hombre de Dios viajó de un lugar a otro como predicador de la gracia y animador de nuevas comunidades. De 1218 a 1219 hizo un larguísimo viaje fundacional: Roma-Asís-Bolonia-Prulla-Toulouse-Barcelona-Zaragoza-Osma-Guadalajara-Madrid-Segovia-Zamora-Palencia-Burgos-Caleruega-S Esteban de Gormaz-Osma-Zaragoza-Barcelona-Toulouse-París-Bolonia-Viterbo-Roma.


Tras una agotadora vida de predicación por el norte de Italia, más la gestión y cuidado de la Orden, agotado en sus fuerzas, el día de la transfiguración 6 de agosto de 1221 murió en Bolonia prometiendo que desde el cielo vendría en ayuda de los hermanos predicadores. Fue canonizado por el papa Gregorio IX en 1234.


Un profeta itinerante

Animado por la pasión por el "negotium fides et pacis" se lanzó a implantar en la Iglesia el modelo de vida apostólico, viviéndolo él mismo con auténtico heroísmo. Hablando con Dios o de Dios, no perdía ocasión para predicar a Jesucristo y para instruir a todos. Domingo responde a un largo deseo de la Iglesia: recuperar la vida apostólica. Prulla fue el modelo original y Domingo propició en vida ese modelo de comunión apostólica que el Concilio de Letrán propiciaba. Munjas, religiuosos, seglares, monjes, clerigos... todos asociados a Domingo como Predicador 

Por eso la itinerancia de Domingo es una exigencia de su amor compasivo hacia todos los seres humanos, una forma de permanecer fiel al Evangelio para todo el mundo.

Domingo de Guzmán no quiso para los frailes predicadores la estabilidad de las abadías, pero sí la vida comunitaria en orden a la predicación. Para esta misión la itinerancia es propia de la misma comunidad dominicana.

En 1975 el memorable maestro de la Orden fray Vicente de Cuoesnongle escribió una carta profética sobre el “Coraje de futuro”. En ella dice: ”Los rasgos característicos del coraje de futuro parece que los podemos hacer consistir en una mirada nueva y en una disposición al cambio a los que cabe añadir como su fundamento la esperanza en Dios. Necesitamos ver las cosas con una mirada nueva; uno se habitúa con frecuencia a mirar las cosas no como ellas son sino como las han catalogado de una vez para siempre.
Gracias a una consideración de todo lo que nos rodea, uno se da cuenta de que envejece, tal vez muy rápidamente ¿no somos profetas de un mundo que está construyéndose”.

Y disposición al cambio: “El mundo de hoy es creatividad; esta no es una palabra de moda sino una palabra clave de nuestro tiempo. Nadie puede vivir fuera de este ambiente. Esto que es verdadero para todo hombre, lo es especialmente para el fraile predicador que, en el anuncio de la Palabra eterna de Dios, debe ser contemporáneo de aquellos a quienes se dirige. Para la nueva mirada y para la disposición al cambio contamos con la fuerza misma de Dios y con la potencia misma de Cristo nuestra esperanza".

En esa línea el capítulo General de 1986 declaró: “La misión dominicana desde sus orígenes fue y debe seguir siendo una misión de fronteras; exigió y exige de la comunidad dominicana la actitud y la práctica de la itinerancia, la movilidad, el continuo desplazamiento hacia nuevas fronteras”.

El profeta itinerante en y desde comunidad que fue N.P. Santo Domingo es el signo y la referencia para los dominicos y dominicas que vivimos en un tiempo de mudanza y en una Iglesia que “acompaña a la humanidad en todos sus procesos por más duros y prolongados que sean” (papa Francisco).




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