29/03/2020

   Hoy es Domingo V de Cuaresma. Una Cuaresma especial y diferente. Un verdadero ejercicio de penitencia y de búsqueda interior. Con el ayuno de tantas cosas que nos parecían imprescindibles; con la limosna de la solidaridad y el civismo; con la plegaria intensa y hecha desde el secreto del alma y la comunión de las almas, en Espíritu y en verdad. Hoy es Domingo de Pasión, verdadero pregón de Semana Santa. Será una Semana Santa diferente: silencio, experiencia de dolor, deseo de servicio y amor, ansias de conversión eclesial, experiencia de entrega; experiencia de muerte y oscuridad... anhelo de Resurrección... anhelo de Dios. Jesús está con nosotros. Delante de nuestros miedos y zozobras. Lazaro desde su sepulcro escuchó su voz y no dudó en levantarse y salir a la luz. Marta y Maria sabían que solo Jesús puede salvar. Todos los demás dudaban o simplemente lloraban e incluso criticaban. Pero Lázaro salió de un sepulcro y dio testimonio. Pero aún tenía que pasar algo más extraordinario. Jesús mismo prestaría un servicio impagable, un amor por encima de todo amor. Pero de eso hablaremos en la Semana Santa. Lo anuncia el profeta Ezequiel. Y San Pablo advierte de que hace falta mucho coraje y un cambio radical. Una transformación. Pero de ello hablaremos... lo contemplaremos... en la Semana Santa desde una experiencia de silencio y “sepulcro” completamente inesperadas.


27/03/2020

La osadía del impío

  Lo dice el Libro de la Sabiduría (Sb 2,1.12-22): Los impíos se empeñan en sofocar la luz, la verdad, la honestidad, a cualquiera que se muestra como persona cabal e íntegra... incluso al mismo Dios. La soberbia se protege con la ira e incluso con la mentira.

  La Encarnación del Verbo fue un gesto de máxima generosidad: una donación total en favor de todo hombre y mujer. Dios vino a iluminar a un mundo que le gusta más andar en tinieblas.

  Jesús no se oculta. Está bien visible: se muestra a todos. Todas las miradas, tarde o temprano, se fijan en él. Pero los soberbios, los impíos, los que piensan que todo gira en torno a ellos exclusivamente, se empeñan, una y otra vez, en querer sofocar a Jesús. Desgraciadamente, también hay cristianos, incluidos "pastores", que desean sofocar a Jesús porque estorba a sus planes, a sus delirios o a sus histerias.

  Sin embargo, Jesús permanece firme: en su Encarnación, en su muerte y en su resurrección. Sólo El es el Señor. Quien se atreve a mirarlo y a dejarse iluminar por él, le salen del corazón unas palabras que traspasan fronteras y épocas:

  Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza, mi libertador.
   Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
   En el peligro invoqué al Señor... él escuchó mi voz y mi grito llegó a sus oídos.

  Entre los impíos con sus señuelos y Jesús con su cruz... escojo aferrarme a Jesús.






26/03/2020

DOMUS PRAEDICATIONIS

 UNA CASA DE PREDICACION. Esto es lo que tal vez deba de ser este Blog. Nuestra Fraternidad crece, se consolida. Una cosa está clara. Como sacerdotes seculares, diocesanos, aprendemos de Santo Domingo que la Predicación, la Pastoral Parroquial y cualquier acción evangelizadora tiene para nosotros un estilo, una clave. Ha de ser predicación de la Gracia. Porque esa es la verdad: el Espíritu Santo se nos ha dado y El mismo nos impulsa a salir a anunciar a Jesucristo quien con su entrega revela la voluntad salvadora del Padre. Nosotros somos testigos y anunciadores: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.